Sin el dinero de Brasil y de las pymes, el huevo vuelve a extinguirse en Sancti Spíritus
Sancti Spíritus
Lo poco que se encuentra es caro y sometido a reventa en el mercado informal
La Habana/Sin la alianza entre la empresa avícola de Sancti Spíritus con una compañía de Brasil y luego con una pyme local, la desaparición del huevo en la provincia hubiera sido total. Pero ahora –finalizados estos contratos y sin otro aliado que una entidad estatal–, el tiro le ha salido a las autoridades por la culata: son precisamente los pocos “huevos cooperados” que produce los que se revenden a precios exorbitantes en el mercado informal, cuando se supone que su destino es la canasta básica.
En noviembre de 2024, ante la desaparición del pienso y el alimento para los animales, la Empresa Avícola espirituana firmó un contrato con la brasileña Bioamazonas Pienso. Poco después firmó otro con la pyme Landservi. Solo así pudo contener el desastre que significó la muerte de 120.000 gallinas ponedoras, de las 300.000 que poseía la provincia.
Contar con sólo 180.000 gallinas llevó a reducir la producción local de huevos casi a cero, lo cual obligó a las autoridades a tomar medidas urgentes –con cierta mala gana, a juzgar por lo que explica Escambray. Fue una “tabla de salvación” supuestamente provisional hasta que la población de gallinas se recuperara, no se sabe cómo, puesto que no se informaron medidas concretas.
Contar con sólo 180.000 gallinas llevó a reducir la producción local de huevos casi a cero
El trato con Brasil y con la pyme tenía la intención de resolver la desaparición del huevo en la canasta familiar normada, un producto que la crisis “había ahuyentado”. Según la veterana periodista Elsa Ramos, la alianza supuso un beneficio no para todo el pueblo espirituano, sino para aquellos que podían permitirse comprar el huevo revendido en el mercado informal.
La Empresa Avícola, entrevistada por Escambray, se defiende ante las recriminaciones que la propia Ramos les hizo: “Si no se hubiese tomado esa decisión, hoy no tuviéramos ni huevos ni aves”, afirma Juan José Nazco González, delegado provincial de la Agricultura. “A partir de la poca disponibilidad de alimentos en la provincia, por la situación económica del país que no contaba con las divisas necesarias para importar los piensos, se depauperó la masa y se murieron esos animales, se hicieron esos encadenamientos y se convenió la granja de Guasimal y la alimentación del resto de las aves con la mipyme”.
El fin justificó los medios, puesto que de los míseros 180.000 huevos entregados en enero se logró llegar a 218.000 en abril. Aunque están destinados a la canasta básica, alega el diario del Partido Comunista en la provincia, en la vida real estos huevos caen en manos de revendedores y solo pueden adquirirlos en Sancti Spíritus quienes tienen los “montos disponibles”.
El cartón, resume, sigue subiendo y después de un pequeño bajón a los 2.000 pesos ya se encuentra, como en diciembre, superando los 3.000 y acercándose peligrosamente a los 3.500. El aumento del precio no es casual: tanto la compañía brasileña como la pyme, hartas de las condiciones desfavorables impuestas por el Estado cubano, acaban de dar por terminado su contrato con la Empresa Avícola.
Según reconoce Félix Rodríguez, director de esta entidad, el trato no era justo para las empresas “cooperantes”
Según reconoce Félix Rodríguez, director de esta entidad, el trato no era justo para las empresas “cooperantes”. Tenían que ocuparse de la alimentación del 57% de los animales, y “colaborar” con la alimentación el porciento restante, de manera que la Empresa Avícola siguiera estando “a la altura” de la demanda.
Ante la desbandada de sus aliados, la estatal no tuvo más remedio que encadenarse con un proyecto de desarrollo local de Remedios, con el que ahora ensaya una nueva cooperación. Todos estos vaivenes incidieron en el precio del huevo tanto en el mercado estatal como en el informal, y aunque la alianza “hasta ahora se comporta bien”, la producción de huevo ha caído en una nueva inestabilidad
Ahora destinan una parte de la producción a la venta en dólares a través de la corporación militar Cimex, que es quien proporciona el pienso que los animales consumen, al menos por ahora. Los cinco huevos por cabeza que llegaban por la libreta siguen estando bien lejos –haría falta 1,7 millones de huevos mensuales para satisfacer la demanda, según Escambray– y tanto las autoridades como el periódico admiten que es un sueño más que descabellado “ni a corto ni a mediano plazo”.
“El huevo trata de subsistir”, asegura Escambray, pero reconoce que esa supervivencia no está garantizada y que a los espirituanos les cuesta caro seguir poniendo en la mesa lo que ha llegado a convertirse en una verdadera rareza gastronómica no solo allí, sino en toda Cuba.